enamorarme del aire
parece fuego y me concede
cenizas de usanza gitana
punto rojo sobre mi frente
vestirme de colores árbol
secretos de algodón
y campo abierto de mariposas
arar la tierra y arraigarse
como cuando se hurga en la memoria
por la tibia voz de la madre
he de verme así
como antes de esta vida
y esta muerte
jueves, junio 26, 2008
lunes, junio 16, 2008
cuento de gracias
Un mensajero, un mago y un sol llegaron a mi puerta en 3 días distintos pero extrañamente luminosos.
El primero llevaba camino largo andado y una bolsa de secretos. Con un simple mirar profundo dividió mi nostalgia aprendida por el miedo en millones de flores de esperanza. Tras hermosas pláticas de transparencia, me recordó cómo volar en vez de morir.
El segundo me esperaba con el fuego entre los ojos y los besos de abrigo. Era invierno y yo saltaba, sin saberlo, por sus versos. Su universo antiguo me ofreció descanso y aliento; música y estrellas de reencuentro.
El tercero me halló en el camino medio. Brillábamos felices sin decir palabra, bebiendo la belleza de los silencios. Y cuando habían historias, se me henchía el corazón de remolinos creadores de alegría.
Él cantaba y yo nacía conectada a su pureza.
Hoy que el tiempo ya no existe, los llevo entre mis alas, mis ojos y mis manos. Me hago mensajera, maga y solecita que aprende agradecida.
El primero llevaba camino largo andado y una bolsa de secretos. Con un simple mirar profundo dividió mi nostalgia aprendida por el miedo en millones de flores de esperanza. Tras hermosas pláticas de transparencia, me recordó cómo volar en vez de morir.
El segundo me esperaba con el fuego entre los ojos y los besos de abrigo. Era invierno y yo saltaba, sin saberlo, por sus versos. Su universo antiguo me ofreció descanso y aliento; música y estrellas de reencuentro.
El tercero me halló en el camino medio. Brillábamos felices sin decir palabra, bebiendo la belleza de los silencios. Y cuando habían historias, se me henchía el corazón de remolinos creadores de alegría.
Él cantaba y yo nacía conectada a su pureza.
Hoy que el tiempo ya no existe, los llevo entre mis alas, mis ojos y mis manos. Me hago mensajera, maga y solecita que aprende agradecida.
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