lo más precioso
no es lo que brilla o se perfuma
como pacto milenario
está en la sangre de la tierra
sus ríos imperfectos
aquello también grita y se rompe
un millón de veces
resucitando
sobre la montaña
entre los árboles
cantando con las aves
lo precioso
no pesa como el metal
o el beso de una muerte anunciada
es la voz inmaculada de los pueblos
que no mengua ante el olvido