hemos recibido el horizonte impecable
con ese primer llanto de vida
hoy el tiempo nos reclama la marea destructora
manchada de constumbres
terriblemente humanas
uno a uno los mensajeros
han vuelto al horizonte
de este lado sus cuerpos nos acusan
de tanta indiferencia
no son niños, dirán
no son mujeres
pero el canto del mar está quebrado
y las olas rugen contra el silencio
¿quien nos cría como absurdos propietarios
de la vida que no cabe en nuestras manos?
lejos de aquel manto de equilibrio
nos hemos quedado desnudos