nube

rezaba el fuego
besar al río inmenso
sin morir de amor

creciente

porque te acercas, luna
entreabierta
a mis ojos incrédulos
hoy que no se escuchan ceremonias
donde parir
una senda memorable

te nombro
espejo

ni muda ni entera
como aquella que espera la templanza
sin contemplar el abrazo oscuro
de viejas cicatrices

me recuerdas la canción imperfecta
en los días pausados y grises
el pañuelo blanco que declara
el fin de la batalla

bajo tu cauta figura
hay un descanso

es tu brazo de luz casi evidente
esa brisa silenciosa y necesaria

pesadilla

en la frágil serenata de acciones interminables
que expone mis temores
bajo una lluvia insípida de palabras perdidas
esta abundancia apátrida de encierros
impregnados en el aire

deseo agonizante
que solo cuenta de mí lo que resta del mundo

no puedo despertar

soy la compañera absurda de la noche
cubierta de olvido

tonada de caminantes

déjame la brisa
tan inoportuna
cuando tengo frío
para navegar
      yo seré las olas
      mensajeras

llévame en tus ojos
distantes del miedo
a ver si encontramos
      un espejo
en el cielo claro
de los que padecen
un latir constante
de esperanza

cuando todo acabe
habrá empezado
el camino abierto
de los besos
tómame la mano
alzando mi vuelo
      vestiremos alas
      del deseo

frágiles instantes
serán nuestro aire
infinito el sol
que nos cobija

volveremos juntos
en un mar sereno
      cantando el amor
      somos inmensos