domingo, setiembre 30, 2007

desierto

me alisto a enterrar

toda sonrisa de mantequilla

los ojos de cristal

y las manos enguantadas


los absurdo es no acertar

a un cuerpo revestido

de civilización

3 comentarios:

Anónimo dijo...

a veces para huir del cuerpo hay que huir de la ciudad, tanto de su geografía como de su metáfora
saludos

Manuel Amaro dijo...

Me alistaría a otro tanto, pero las raíces sociales las llevamos tan arraigadas que no sería sino una misión imposible.
No te dejes engañar por el hecho de haber leído "artesanos". Es una historia cándida, y el hecho de que te gustara dice mucho de ti y confirma mi teoría de las almas.
Sí, es una historia cándida.
Y aislada también.

Dylan Forrester dijo...

Tienes una poética resumida e intensa a la vez. Me gusta. Espero nos leamos. Te dejo mis huellas...

Saludos...