entre semáforos
que siempre dan verde
escucho el bramido urbano
de Buenos Aires
suena a tazas de café
a baile callejero
u hombre dormido entre diarios
contra las vitrinas de moda
suena a pasos apurados
tras el subte
a libros infinitos que no podré leer
a besos y tango de verano
cantando en las esquinas
caminito de colores
cielo abierto
mate amargo
enorme avanza enamorada
de aromas infinitos
se desposa con el sol
en cada charla o cada olvido
hija singular de los que buscan
detener sus laberintos
abraza hasta que duele
en la piel mi despedida
5 comentarios:
¡Qué bella descripción poética de unas sensaciones porteñas, Yllari! Me ha gustado mucho este poema.
Un abrazo desde Barcelona.
...y así, caminando, vas trazando tu destino.
Haces que los demás nos demos cuenta de que hay sentimientos que no sabíamos que se podían expresar con palabras hasta que llegó tu poesía.
Muchas gracias por estos ratos de lectura, son imprescindibles.
Gracias por este oasis de letras y sonidos, sentimientos y pensamientos.
Gracias! pues Buenos Aires tiene mucho motivos para escribir, la vida tiene muchos motivos para escribir. Viajando, se està más presente y consciente de eso. Abrazos!
Para que veas que habemos libreros de palabra, te visito sin que aún te hayas ido, con la promesa de volver a hacerlo para pasear por tu universo de versos.
Yllari, es un poema encantador, para leerlo pausadamente y varias veces.
Un abrazo
Publicar un comentario