cargada de inefable memoria
oculta en tu latido
regresas a este mundo
yo no sé
de tu canto infinito
ni del fuego que tus ojos iluminan
apenas conozco tus señales de agua
aún indescifrables
flameante en esperanza
soy la casa que se llena de intuiciones
el vacío menguante que adivina
el beso espiritual de tus banderas
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