rotos los besos de la noche
ella divide sus encantos en las cartas
misterio que alumbra las fronteras
con premeditación
sobre sus manos arrugadas han pasado
princesas y lacayos
heridas y repeticiones
estertores que en sus venas dolidas
pretenden flores únicas
ojos de destierro como llagas
implorando
ese presente inalcanzable
que tantos ansían creer
el espejo no retorna sus figuras
ni el cóncavo deseo de partir
en la más casta ignorancia
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