de las profundidades, una semilla
y la honda neblina de ciudad
no puede ni tocarla
por ser la niña de tus ojos
extraño tu voz ya florecida
que no debe crecer en la grisácea
condición de distante
tallo del tiempo que no transcurre
hoja naciente de reencuentro
que no deja de morirse entre mis pasos
disparo de sol
pequeño
desangrándome la ausencia
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